lunes, 3 de agosto de 2015

El efecto Matilda, una extraña afección que provoca que las mujeres científicas sean sistemáticamente ignoradas



Rosalind Franklin no recibió reconocimiento alguno por su papel en el descubrimiento del ADN hasta después de muerte. El premio Nobel de Química de 1944 recayó en el colega de Lise Meitner por el trabajo sobre fisión nuclear que habían realizado de forma conjunta. El supervisor y colega de Jocelyn Bell Burnell ganó el Premio Nobel de Física de 1974 por el descubrimiento de los púlsares, realizado por ella.
http://www.lamarea.com/2014/07/13/honores-en-vida-para-las-cientificas/

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